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jueves, marzo 28, 2024
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Ley de Inclusión: Ecos de un error II

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La Ministra de Educación Marcela Cubillos, visitó Linares éste martes 12 de febrero, para conocer de primera fuente la experiencia vivida por las familias afectadas por el sistema de admisión escolar (SAE), parte de la ley de inclusión que entró en vigencia en la séptima región el año 2018.

La ministra se reunió con apoderados que la invitaron a su casa y en una distendida conversación comentó que está recorriendo el país y que las historias relatadas lastimosamente se repiten y tienen el mismo patrón: padres, madres y estudiantes frustrados por esta política errática y perversa.

Para poner en cifras el problema, sabemos que del total de postulantes en el país, el 40% no quedó en la primera opción, es decir, de cada 100 estudiantes, 40 fueron derivados por la tómbola electrónica a un liceo o escuela que no estaba considerado por ellos como su primera opción, tronchando sus expectativas, sueños y anhelos juveniles. Digo que es un sistema perverso, porque el estado pasa a ser el dueño del corazón y mente de las personas y elige por ellos.

El SAE es perverso en su intención inicial al implementarlo primero en regiones, zonas más de- privadas de fuerza para reclamar y oponerse en su momento al método. Ejemplo, una niña de Puente Alto, no puede estudiar en Providencia en el Liceo 7, pues el sistema está diseñado para que pueda elegir sólo en las escuelas de Puente Alto. ¿Es esto justo?, ¿Es equitativo? Por supuesto que no. ¿Es discriminatorio? Por supuesto que sí. Porque coloca verdaderas barreras de acceso a una mejor opción que la ofrecida en cada comuna. Es ridículo que un proyecto de ley fomente la inamovilidad social y condene a un niño (a), a no soñar con aquello que existe más allá de los límites de su comuna. Eso sí que es un perverso determinismo cultural.

En cambio, si se hubiese implementado primero en Santiago, la voz de la capital hubiese echo ruido ciudadano, haciendo fracasar al sistema, porque las grandes ciudades tienen un capital cultural más diverso, y además el poder económico de oferta y demanda, sumado al poder de doblar la mano, alzando la voz, saliendo a las calles. En provincia, es otro el ritmo y estilo de vida y lamentablemente desde mi experiencia he visto como las familias, bajan los brazos, se resignan y matriculan, generalmente, a sus hijos (as) en establecimientos cuyo Proyecto Educativo Institucional es poco o nada significativo para ellos.

El proyecto no está protegiendo el interés superior del niño (a) pues un estudiante obligado a estar donde no quiere estar es una bomba de tiempo o un caldo de cultivo para otros males como la desmotivación, falta de interés, abandono escolar y de ahí a la delincuencia hay solo un paso.

Esta falta de visión de los que idearon el proyecto no midió estos efectos secundarios sobre la población, (la más vulnerable, por cierto); y que encierra un gesto de tremenda violencia simbólica, porque viola el derecho que tienen los padres a elegir en qué tipo de escuela quieren que se eduquen sus hijos (as); no hacerlo es atentar contra un derecho humano fundamental como es la libertad de elegir.

La Ministra se interesó por todos los casos planteados, tomó acuciosa nota y lamentó cada situación. Explicó que cuando ella asumió la cartera de gobierno, ya el sistema estaba en marcha. La gente comenzó a escribir cartas, enviar mensajes y dejar reclamos en el Ministerio ante un “sistema ciego”, que designa a un RUT un colegio equis; no hay rostros, no hay datos biográficos, no hay evaluación al mérito, al desempeño, al esfuerzo. Me resulta imposible imaginar una sociedad o un país en que el esfuerzo individual, familiar y de los profesores no cuente, bajo un ideal abstracto de igualdad.

En el mes de marzo, anunció la Ministra, se discutirá en la Comisión de Educación los ajustes que el proyecto requiere, con los testimonios recogidos a lo largo de nuestro país. Tenemos la esperanza que las voces de los sin voz, sean-esta vez oida.

Isabel  Rodríguez Pincheira
Directora Liceo Bicentenario Valentín Letelier

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