revelan que se trató de dos antisociales que llegaron en moto y se estacionaron en las cercanías, dando paso a que uno de ellos se bajara con una mochila y caminara hacia la puerta de vidrio y con un combo de acero rompe el ventanal.
Talca.- Una protección de madera había reemplazado ayer la puerta de vidrio del acceso principal por calle 8 Oriente con 1 Norte de la multitienda Ripley, en Talca, como prueba material del violento robo registrado poco antes de la medianoche del miércoles y que movilizó a dos unidades especializadas de Carabineros.
Según antecedentes policiales, tanto la cámara de seguridad instalada en la misma esquina y el sistema de vigilancia de la empresa, revelan que se trató de dos antisociales que llegaron en moto y se estacionaron en las cercanías, dando paso a que uno de ellos se bajara con una mochila y caminara hacia la puerta de vidrio.
El sujeto utilizó un combo de acero para romper el ventanal y, luego, entrar corriendo a la tienda. Así llegó hasta un mostrador y logró apoderarse de 68 relojes marca “Festina”, cuyo avalúo fue estimado por la multitienda en 12 millones de pesos. Luego salió corriendo y se subió a la moto que lo esperaba con el otro delincuente.
45 SEGUNDOS
Todo el episodio transcurrió en 45 segundos, lo cual no fue suficiente para que reaccionaran los guardias de la empresa. Luego se constituyó personal de la Tercera Comisaria de Talca, junto al Laboratorio de Criminalística de Carabineros (Lacrim) y la Sección de Investigaciones Policiales (SIP) de la misma Tercera Comisaría.
El jefe de dicha unidad policial, mayor Juan Ulloa, confirmó que la búsqueda de huellas no arrojó resultados positivos, por cuanto los ladrones portaban guantes y, además, el autor material del robo nunca se sacó el casco protector. A su vez, la moto no portaba patente, lo cual hace casi imposible que sea identificada.
De igual forma, subrayó que la SIP continúa con las diligencias en coordinación con la fiscalía. Un dato relevante es que en el céntrico local habían ocurrido otros tres robos de relojes o joyas, también en el primer piso, pero es la primera vez que los ladrones utilizan la técnica delictual conocida como “motochorro”.