Cientos son los vecinos del sector precordillerano de Linares, que se encuentran pasando una difícil situación luego de los estragos que causó el temporal de lluvia que azotó gran parte de la zona centro sur del país. Es el caso de la señora, Margarita Andrades, quien da cuenta de la perdida completa de su casa y de todos sus enseres, pero que a pesar de ello demuestra entereza y esperanza ante el difícil escenario que le toca vivir.
Una situación compleja es la que viven cientos de vecinos de la precordillera de Linares a raíz del evento climático ocurrido en los últimos días, puesto que deben enfrentar la pérdida de su casa y enseres, aunque en algunos casos sorprende la entereza en que enfrentan la emergencia.
Es es caso de la señora, Margarita Andrades, una de las personas damnificadas del sector La Isla, Alto El Manzano, quien con la bandera chilena en la mano, que estaba colocada en su casa antes de la tragedia que los aqueja, explicó que su casa «estaba ubicada 100 metros más arriba y el agua la tiró para acá y aquí estamos tratando de recoger lo que más podamos para volver otra vez a pararnos con la ayuda del Señor”.
“No se había visto esto nunca, nunca, en los años que yo he estado aquí no había pasado esto de tanta lluvia que arrasara con las casas, nada de eso…Habitualmente este lugar es bien seco, es tranquilo…Hasta por allá pasó el agua, pasó la carretera, entonces igual es como un acabo de mundo, pero nada que hacer”, agregó la afectada vecina.
La señora Margarita, indicó además que perdieron todos sus enseres, refrigerador, cocina, entre otros elementos y comenta que ellos como familia no vivían en el lugar, pero sí visitaban los fines de semana la casa que habían construido hace tres años y medio. “La teníamos entera, queríamos venirnos, pero imagínese hay que empezar nuevamente todo”.
La vecina, además denunció que “en esta casa cruzaban unos cables de luz, los postes de las calles cruzaban aquí, no podemos correr para allá nosotros porque nos puede dar la corriente, porque ahí está el poste de la luz, el poste que estaba allá donde estaba la bandera chilena puesta. Esos postes tienen que estar en la calle, no pueden estar en los predios, tienen que estar a orilla de calle”.
Vale la pena hacer notar que en todo momento sorprende la fortaleza y la esperanza de la señora Margarita quien señala que si se cae se vuelve a levantar, “pero con la ayuda del Señor”.