La creación del huerto agroecológico en el establecimiento educacional permitió una producción sustentable de alimentos sanos y de calidad. Además de instalar practicas en cuanto a sistemas de rotación de cultivos, el tratamiento de residuos orgánicos a través del compostaje, y el manejo ecológico de plagas.
La seremi del Medio Ambiente de la Región del Maule, Daniela de La Jara, encabezó la ceremonia de cierre del Fondo de Protección Ambiental (FPA) 2023, del Ministerio de Medio Ambiente: “Un Invernadero para mi escuela Las Violetas”, iniciativa que fue ejecutada por el Centro General de Padres y Apoderados Escuela Especial F-483 Las Violetas de la comuna de Linares.
La iniciativa ambiental contó con el financiamiento de seis millones de pesos, por parte del Ministerio del Medio Ambiente (MMA) y permitió concretar un gran huerto escolar para cultivar sus propios alimentos, y así fomentar la agroecología, la producción autosustentable, contribuyendo, además, a la disminución y la reutilización de los residuos orgánicos, que son nutrientes no aprovechados y que la naturaleza recupera de forma natural.
Asimismo, el proyecto con fines pedagógicos y prácticos promovió conductas asociadas a la sustentabilidad y generó un sentido de pertenencia en la comunidad educativa y en las y los vecinos del sector, quienes se sumaron al fomento de la economía circular y a la utilización de esta valiosa herramienta educativa para la comunidad.
Durante la ceremonia, la autoridad medioambiental regional expresó que “para nosotros como Ministerio del Medio Ambiente, los Fondos de Protección Ambiental son una oportunidad no solamente para realizar acciones concretas de conservación y puesta en valor de la naturaleza, así como la implementación de nuestras políticas públicas, sino que también, son una oportunidad para fortalecer los vínculos entre las personas, las redes de trabajo que se van construyendo con cada uno de estos proyectos”, declaró la seremi Daniela de La Jara.
De La Jara, añadió que “todas las oportunidades que nos ofrece un invernadero, observar que de una semilla crezca un fruto, un vegetal, algo que podemos comer, la generación de nuestro alimento, pero también genera un impacto en reconocer que los productos de lo que comemos, las cáscaras, las hojas, no son basura, son residuos que pueden volver a regenerarse, pueden volver a la tierra, y en este conocimiento valoramos a la escuela Las Violetas, por entender que la educación es práctica”, aseguró la portavoz de la cartera ambiental.
Para finalizar, Luis Contardo, representante del Centro General de Padres y Apoderados mencionó que “fue una sorpresa la adjudicación del proyecto, donde los recursos aportados por el Fondo de Protección Ambiental fue de seis millones de pesos; y las distintas actividades contó con la participación de personal de la escuela, los alumnos y fueron la habilitación del espacio donde se instaló el invernadero, la instalación del invernadero, obras complementarias como la pavimentación del acceso para los niños y se realizaron dos charlas”.