En un sistema político-económico oprobioso, que carga la vergüenza, deshonra y miserable deisgualdad incubada desde hace 46 años, evidenciada a partir de la revuelta de octubre de 2019; una ciudad como Linares no merece ser gobernada por la infamia y el desprecio.
Dicho de otro modo, en un país neocolonial como Chile, con una de las economías más inestables del planeta, producto de la dependencia productiva y acaparamiento de la riqueza por parte del Capital transnacional y criollo “venido a bien”, Linares está desafiado a asumir un nuevo proyecto comunal que lo saque del pozo negro en el que se encuentra.
En materia de cesantía, Linares se inscribe como una de las comunas con mayor desempleo en el país, cifrado por el Instituto nacional de Estadísticas (INE) en 7,2% en 2019. Esto le ha valido el título de la capital de la cesantía y el sueldo mínimo. En tanto provincia, Linares alcanza el 7,7% de desocupación, muy por encima del promedio regional 6,6% y sobrapasando con insultante ventaja a Cauquenes y Talca, las que cerraron el año con niveles de desocupación del 2,2% y 4,4% respectivamente. Estas cifras concuerdan con el mayor aumento de ocupación informal o trabajo precario, el cual ascendió a 29,6% en 2019; y dan cuenta de los bajos salarios en Chile que, en promedio suma 516 mil pesos y que en el Maule no superan los 390 mil (considerando los sueldos más altos y los bajos), y con un 50% de las y los trabajadores en la región percibiendo un salario inferior a 280 mil pesos (mediana).
El panorama que es impresentable, se convierte en inaceptable si consideramos que Linares es la octava ciudad más contaminada por material particulado (PM2,5) de América del Sur y con crecientes índices de cáncer producto de otros agentes contaminantes como los agro-tóxicos; resabios del modelo extractivista impuesto en la región y comuna.
Es por todo lo anterior que Linares está obligado a construir un proyecto político autónomo de los partidos políticos que tanto daño le han causado al pueblo trabajador y que en Linares se expresa a través del desdén y desprecio evidenciado por los gobiernos locales, del pasado y del presente. El actual gobierno local, encabezado por el RN Mario Meza y el administrador municipal John Sancho, del mismo partido reaccionario a las transformaciones en beneficio de la población; dan muestras de sobra respecto del desinterés por el pueblo trabajador que, incauta y desesperanzadamente, ha llevado hasta el sillón alcaldicio al más variopinto séquito de vampiros políticos, todos electos para defender los intereses de la minoría oligárquica y terrateniente de la región, los cuales frente al poder transnacional, son también peones y lacayos.
En el caso particular de Linares, si ya nos habíamos dado cuenta de la calidad administrativa del alcalde al conocer las licitaciones adjudicadas (desvío de dineros que por lo bajo resulta ilegítimo) por casi 1 mil millones de pesos a la empresa Indema, propiedad vinculada al senador maulino y camarada de Meza, Juan Castro; la calidad ética y moral evidenciada las últimas semanas ha roto el cántaro del sentido común y respeto que exigimos las y los linarenses. Nos referimos a la instrumentalización de menores expuestos en un audio filtrado donde Mario Meza desoye a la niñez y los fuerza a repetir mensajes que culminan en un discurso de odio y difamación de los sectores que se definen como “de izquierda”.
Del mismo modo, recurrente es oír consignas en las manifestaciones sociales y, fundamentalente, feministas, donde se sindica a Mario Meza como encubridor directo o indirecto del principal sospechoso del feminicio contra Catherine Vásquez, Cristián Ossandón; el cual fue trasladado de la Dirección del Tránsito al Departamento de Desarrollo Comunal (Dideco), en pleno proceso investigativo y pese a que el inculpado -ex pareja de Catherine- habría estado con licencia médica.
Con todo, hoy nuevamente Linares rompe el cerco informativo y muestra su faceta más ignominiosa; la de un alcalde que desprecia a los pobladores de la ciudad que juró gobernar, tal parece que no para sacar a la provincia del subdesarrollo, sino que para disfrutar de sus privilegios conquistados gracias a la mentira, engaño y falsas promesas. Con el video que ya se ha viralizado en redes sociales, Mario Meza demuestra que Linares le interesa menos que la lata bebida que se estaba tomando en la playa, es cierto; de vacaciones, pero que igualmente dan cuenta de su real compromiso con la ciudad encantadora: John Sancho: “Tení que entender weón, tení que volver a Linares…” / Mario Meza: “¿qué Linares? (…) Tay loco weón, que se hagan cargo de la weá (…) no vuelvo ni cagando”
Como fuere, sin ánimo de dar más importancia a la humillante “humorada” del alcalde Meza, lo cierto es que Linares no resiste más este tipo de gobiernos locales. Una ciudad como Linares no merece ser gobernada por la infamia y el desprecio, sino que el pueblo está llamado a asumir un nuevo proyecto comunal que lo saque de los primeros lugares en “el listado de la vergüenza” y que, recogiendo el coraje territorial de los últimos años y -particularmente- de octubre de 2019 hasta la fecha; se disponga a ser parte del desafío histórico de construir un nuevo proyecto local enfocado a revertir el mal vivir impuesto por los partidos políticos y sus promotores, y brindar a la comuna perspectivas de futuro para un buen vivir en sus territorios.
La misión de “descolonizar Linares” no será fácil, pero hoy más que siempre es necesario iniciar ese recorrido que supere la ignorancia y mala fe de los gobiernos locales instalados por los partidos políticos y sus voceros. El desafío de construir un Plan de Desarrollo Comunal territorial y participativo ya está en marcha. En julio de 2019 tuvo lugar la presentación del proyecto, en ese entonces en pañales, pero que ahora -gracias a la ideas y propuestas de las y los mismos habitantes del territorio- el nuevo PLADECO Territorial está en proceso de sistematización para ser compartido próximamente con todes quienes quieran seguir sumándose al desafío de tomar el destino en sus propias manos.
Un autor, lejos y hace cientos de años sentenció que la consecuencia de los pueblos que no se meten en la política, es la de terminar siendo gobernados por seres inferiores (intelectual y moralmente) a los propios gobernados. Chile y Linares cambiaron, por lo que -con más convicción que ayer- el porvenir de la comuna y sus territorios avizoran la oportunidad histórica de convertir “el despertar territorial” en una forma de vivir constante y organizarse en una sociedad con proyecto de futuro, para los próximos años y por el bien de las nuevas generaciones.
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