La mujer, que estaba a cargo del “refugio” llamado “Almas en el camino”, había recibido diversas denuncias de parte de los vecinos por los malos olores, situación de abandono en que se encontraban los animales y las agresivas actitudes que tenía. Por ello, Carabineros desalojó el lugar, develándose las malas condiciones en que se encontraban los animales.
Por peligro de fuga, Susana Padilla Aránguiz, quedó en prisión preventiva, tras ser formalizada por maltrato animal, al constatarse que mantenía una gran cantidad de perros y gatos en malas condiciones de salubridad en la ex escuela rural Vista Hermosa, en la comuna de Curicó.
La mujer, que estaba a cargo del “refugio” llamado “Almas en el camino”, había recibido diversas denuncias de parte de los vecinos por los malos olores, situación de abandono en que se encontraban los animales y las agresivas actitudes que tenía. Por ello, Carabineros desalojó el lugar, develándose las malas condiciones en que se encontraban los animales.
”Se controló la detención y se formalizó por el delito de maltrato animal contemplado en el artículo 291 bis del Código Penal, en carácter de reiterado. Esto, por los hechos acaecidos el 21 de febrero, momento en el cual Carabineros ingresaron al domicilio de ese entonces de la imputada, en el contexto de un lanzamiento decretado por el Juzgado de Letras en lo Civil de Curicó. Es en ese momento en que los funcionarios pudieron observar un gran número de animales, alrededor de 70, que se encontraban en un grave estado de desnutrición, descuido y maltrato”, expresó la fiscal Maite Mendiburu.
“Conforme a la gravedad de estos antecedentes y de otros recabados en el sitio del suceso, el Ministerio Público solicitó la prisión preventiva porque la libertad de la imputada es un peligro para la sociedad y por el eminente peligro de fuga. El tribunal decretó la medida cautelar solicitada por el peligro de fuga, decretando una caución de 300 mil pesos. Además, se decretó un plazo de investigación de 120 días”, agregó el fiscal.
Por su parte, el fiscal jefe de Curicó, Miguel Gajardo, se constituyó en el lugar junto a los detectives de la Brigada de Delitos Medio Ambientales y Contra el Patrimonio Cultural (BIDEMA) de la PDI, a fin de dirigir las investigaciones que permitió levantar valiosa información y evidencias de la causa.