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martes, octubre 15, 2024
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Gonzalo Avila Muñoz, deportistas extraviado en el cerro Las Vizcachas cuenta su verdad de una de las experiencias más extrema que ha vivido

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A través de un comunicado que Gonzalo envió a nuestro Medio, quiere contar su verdad de lo que le tocó vivir el día miércoles 28 y que concluyó la tarde del jueves 29, en una de las experiencias más extrema que le ha tocado vivir. Su relato tiene como fin aclarar alguna dudas y a la vez algunos malos entendido de lo que le pasó.

“Lo que viví estos dos días fue una gran mala jugada. Quiero empezar aclarando que el hecho de haberme “perdido” fue lo menos importante dentro de todo lo qué pasó (sabia que al volver la luz natural del día, encontraría nuevamente el sendero de regreso). La subida fue un poco agotadora ya que mi objetivo siempre fue llegar junto a mi bicicleta a la famosa piedra de las vizcachas y se logró, con un poco de cansancio pero se logró. Una vez estando arriba, me acomodé, me auto tome un par de fotos para el recuerdo y me puse a matear y leer mi libro aprovechando la hermosa vista que tenia en frente. El sol empezó a despedirse y yo muy confiado (ahí esta mi error) no le di mayor importancia, sabia y confiaba en mi cabeza y cuerpo de que llegaría abajo sin ningún problema” comenzó su relato el deportista

EN BÚSQUEDA DE AGUA
“Al momento de empezar a descender el cerro logré avanzar unos 40 minutos aproximadamente con luz natural, pasado ese tiempo, ya solo contaba con la luz de mi celular. Un poco cansado y con sed me puse en búsqueda de alguna vertiente para llenar mi termo y poder hidratarme. Logré encontrar una, escuche como su agua descendía y a puro oído llegue a ella y aquí es donde la cosa se fue a negro. Me acerqué a la vertiente ya sin batería en el celular, con un poco de luz gracias a las estrellas pude visualizarla. Seguido a esto me di cuenta que esta vertiente estaba en forma de “quebrada” sin yo poder ver más allá. Finalmente llegue al nacimiento de esta vertiente (siempre con mi bicicleta al lado) y nunca con inseguridad, ubique mi bicicleta delante mío afirmándola contra mi cadera y al momento de intentar sacarme mi mochila, la rueda delantera de mi bicicleta se giró y esta se fue hacia adelante”.

SUFRÍ CAÍDA DE 7 METROS SALVADO POR MI BICICLETA

Gonzalo prosigue su impactante relato “Al momento que mi bicicleta empieza a caer uno de los pedales engancha mi pie y me jala hacia abajo también. Entre tanta roca húmeda por la vertiente y al mismo tiempo agua, la caída fue mi peor experiencia de vida, me fui quebrada abajo unos 7 metros aprox. en los cuales sinceramente pensé que moriría. Mientras caía estire mis brazos intentando agarrarme de algo para no morir y no encontraba nada firme, hasta que pasado esos 7 metros mi bicicleta se enganchó en dos rocas que estaban mas abajo en la quebrada, esas dos rocas dejaban un espacio entre ellas, un espacio en el cual perfectamente yo pasaba por ahí. Finalmente mi bicicleta me salvo la vida, se mantuvo muy firme entre esas rocas y yo caí encima de ella, muy adolorido y con falta de aire por el inicio de la caída que fue un golpe de lleno con mi espalda contra una roca, intente recuperarme y salir de ahí, logre hacerlo, subí y me puse en búsqueda de ramas y hojas para dar forma a lo que seria mi refugio por esa noche.

AL DÍA SIGUIENTE
«De dormir, ni hablar, solo esperaba que amaneciera para volver a encontrar el sendero de bajada. A las 5:50 aprox. amaneció y me puse en marcha, di vuelta muchos cerros encontrando alguna salida y ninguna era favorable, sin comida y poca agua grité pidiendo ayuda y jamas recibí una respuesta hasta que escuche un helicóptero y me di cuenta que el tema ya era un poco mas complejo, el personal del Gope me estaba buscando. Al escuchar ese helicóptero mi ilusión creció y corrí en subida el cerro frutillar (un cerro muy poblado de arboles) esto ultimo perjudicaba que me pudiera ver ahí, así que subi y subi hasta llegar a la cima de dicho cerro. Una vez estando allí me di cuenta que tampoco me verían y arriesgue todo para poder salir pronto de ahí, subi un árbol super alto, me saque mi polera y empece a moverla para que pudieran visualizarme. Yo en todo momento escuche el helicóptero pero no lograba verlo, sin obtener ningún resultado decidí moverme ya que si seguía esperando a que me encontrarán, lo mas probable es que volvería a pasar la noche allí.

MI ENCUENTRO CON UN LUGAREÑO

“Siempre me mantuve muy fuerte mentalmente, solo quería volver a encontrarme con mis seres queridos y que ellos supieran que estaba bien. Resumiendo y después de dar vuelta tantos cerros, logre dar con el sendero de regreso, cansado y sin nada que comer hace unas 20 horas me encontré con don Eliodoro Sepúlveda y su hijo Felipe, quienes estaban cortando leña a la mitad del cerro. Ellos me informaron que mucha gente me estaba buscando, me alimentaron con una salvadora agua con harina tostada, galletas, pan y yogurt. En ese momento mi estado anímico subió bastante gracias a que al fin comí algo, pero de paso me di cuenta que mi cuerpo estaba reventado, di vuelta muchos cerros, me caí en una quebrada que después me informaron que abajo de esas rocas en las cuales mi bicicleta se enganchó, existía una caída libre de unos 25 metros, ósea me mataba o quedaba todo quebrado. Al final llegue a puro corazón hasta abajo, muy frustrado de tanto gritar y pedir ayuda, nadie nunca me escuchó, ni menos respondió y el helicóptero jamas me vio. Algunas paginas de comunicación ese día informaron “encontraron a joven perdido” pero a mi nadie me encontró, yo encontré mi propio regreso, yo encontré a don Eleodoro y su hijo felipe, quienes me alimentaron y dieron aviso a carabineros de que aparecí”.

AGRADECIMIENTO

“Agradezco con mi vida a cada persona que me buscó, agradezco también a mi primo Victor que me ayudo por gps mientras yo contaba con batería y señal en el cerro, a mi prima Cata quien se puso en contacto con Carabineros para darles información de mi ultimo paradero por las fotos en mi instagram, a don Eleodoro y su hijo Felipe que fueron mi salvación en un momento en el que ya no daba mas y por supuesto a la tenencia de Colbún, ellos se portaron un 7 conmigo y me trasladaron al Hospital de Linares, a la Comisaría y luego hasta la puerta de mi casa. Agradecido del personal del Gope quienes amanecieron en el cerro y en fin, muchos agradecimientos y mil disculpas por la preocupación a mis familiares, amigos, cercanos y gente muy querida. No la cuento dos veces pero lo importante aquí, es que sigo vivo” concluyó el deportista de 26 años.

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