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miércoles, diciembre 10, 2025
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¿Cómo evitamos una reducción del personal de salud municipal en 2026?

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Si el próximo año, la salud municipal sufre una reducción de profesionales, se buscará culpar al actual gobierno, sin embargo la crisis en salud responde también a deudas municipales con salud. Esa es la verdad que a la administración municipal no le gusta, pero tenemos que decir con claridad.

Columna de Opinión de Matías Muñoz

El financiamiento es un problema real. El 2026 será uno de los más complejos para la salud municipal en años. El percápita – la principal fuente de recursos para atender a más de 95 mil usuarios – debía subir de manera sustancial. Hoy es de $11.794 por persona, y la Municipalidad proyectó un aumento del 8,9% (unos mil cincuenta pesos adicionales). Eso habría sido un pequeño alivio para una red que ya funciona bajo un gran estrés económico.

Pero el Congreso aprobó un aumento de solo $138, dejando el per cápita en $11.932. Un reajuste de apenas 1,17%, muy lejos de lo proyectado por la municipalidad y de lo que el concejo municipal aprobó. Esa diferencia implicará alrededor de mil millonesmenos para la salud municipal de Linares en 2026. Cada peso que menos significa una hora médica que no se dará, una visita domiciliaria que no se hará, o un profesional que no podrá seguir.

Sin embargo, culpar exclusivamente al Gobierno sería irresponsable. Linares arrastra desde hace años una deuda con salud que no ha sido transparentada completamente. Estimaciones indican que la deuda del municipio con salud supera los 1.700 millones de pesos, aunque la administración solo reconoce mil: los que, por decisión política, se usaron del percápita para financiar el SAR 24 horas y la Farmacia Comunitaria y no para entregar salud en los CESFAM y Postas Rurales. Es importante aclarar que estos usos no fueron decisiones técnicas del Departamento de Salud, sino decisiones  políticas. El resto de la deuda corresponde a compromisos administrativos incumplidos, procesos de calificaciones atrasados, traspasos municipales del 2024 que nunca llegaron y obligaciones y compromisos con el Ministerio de Salud en el marco de la Universalización que nunca se cumplieron. En 2024 ya hubo señales de esta crisis, cuando se intentó desvincular a casi 100 funcionarios porque no había dinero en caja para sostenerlos. 

Mientras tanto, los efectos ya los viven las familias y enfermos de nuestra comuna. Las largas filas, por ejemplo en los CESFAM San Juan de Dios y Óscar Bonilla para pedir una hora médica no se explican solo por la demanda: responden también a la falta de recursos y a una gestión limitada por la situación financiera. A los vehículos para rondas rurales  o centros urbanos no se le pueden hacer las mantenciones como corresponde, y este 2025 incluso faltaron recursos para controlar plagas de ratones en un centro de salud rural. Así de frágil está hoy nuestra salud municipal.

Aunque para 2026 se traspasarán 700 millones de pesos desde el municipio, estos recursos apenas alcanzan para funcionamiento básico y reducen muy poco la deuda acumulada. El SAR 24 horas, por ejemplo, solo tiene financiamiento asegurado por seis meses del próximo año. Y el nuevo CESFAM Óscar Bonilla – que el municipio, en el año 2021 se comprometió a financiar su mantención normal – sólo tiene asignados 50 millones para estos efectos, cuando un centro de esa envergadura requerirá mucho más.

Aun así, existe una salida. Pero exige un giro de timón en salud con decisiones distintas a las que se han tomado. La Municipalidad debe poner la salud como prioridad real, transferir los recursos contemplados en presupuestos pasados y que nunca se realizaron, reintegrar recursos mal utilizados, cumplir compromisos con los funcionarios y asegurar en el presupuesto municipal el financiamiento del SAR durante todo el año. Insisto, la deuda municipal con salud debe ser saldada, no hay otra forma.

Si esto ocurre, se podrá evitar la inminente disminución de profesionales durante el 2026, horas médicas y programas esenciales que sostienen la atención de más de 95 mil linarenses. 

Con todo esto sobre la mesa, surge una reflexión que es inevitable y que va en línea de pensar en ¿qué es más importante hoy para Linares: Cuidar y asegurar la salud de miles de familias, o poner los esfuerzos financieros en adquirir terrenos privados para que nuestra comuna tenga un “pulmón Verde?

Las prioridades no se declaran ni puede ser un eslogan liviano: se deben demostrar con hechos. Y para la salud de nuestra comuna, el tiempo para demostrarlo ya se vino encima. 

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