«El marketing en estas fechas es crucial, pero no deja de lado las conversaciones cara a cara. ¿Cómo definen las campañas los candidatos? Ciertamente muchos de ellos se equivocan en el discurso, no planifican, y dejan de lado temas importantes como el vestir y la imagen digital»
¿Recuerdas la última columna? Era sobre los posibles candidatos a diputados. Bueno, ahora ya los tenemos, de hecho el SERVEL entregó la resolución hace un par de horas (N°0817). Les dejo las imágenes, y respecto a estas quisiera que te enfocaras en el número de postulantes, cuantas mujeres y cuantos hombres.
De la información entregada por el Servicio Electoral los candidatos a diputado por el distrito 18 son 10 CANDIDATAS y 13 CANDIDATOS lo que hace un total de 23.
Además, y sobre todo quiero que nos enfoquemos en las campañas políticas. El marketing en estas fechas es crucial, pero no deja de lado las conversaciones cara a cara. ¿Cómo definen las campañas los candidatos? Ciertamente muchos de ellos se equivocan en el discurso, no planifican, y dejan de lado temas importantes como el vestir y la imagen digital. Para ello deben definir el público y si tienen padrinos políticos para que tengan contacto directo con los posibles adherentes.
Actualmente en Chile la opinión pública detesta la forma de hacer política y la vinculación con el gran empresariado. Pero tampoco se siente a gusto con el financiamiento de la política por medios fiscales. El voto emitido pasó de 200 pesos hasta 1.400 (depende del cargo al que se postula), pero genera escándalo y no favorece la credibilidad del candidat@. Al contrario, genera incomodidad y es realmente extraña esta situación, pero demos el crédito a los casos de corrupcion, a los discursos hechos y transmitidos sin sentido y miedo de los mismos políticos de conversar sobre esto. Lo cual es parte de lo lamentable de la política (y no es el único país que debe lamentarse ante este escenario). Fundamentaré la idea con lo siguiente: primero, porque si existiera mejor financiamiento estatal las campañas tendrían mayor credibilidad desde la opinión pública, ya que de esta forma tendrían que transparentar más sus movimientos dada la procedencia del dinero. Segundo, porque tendrían mayor lógica en conseguir un equipo preparado para la formulación de los programas y formalizarían o profesionalizarían una cantidad impresionante de personas que trabaja en las campañas y después no entrarían a pagar los “favores políticos”, que por lo demás nos hacen pésimo como sociedad seguir en aquello. Y tercero, y a propósito de los dos puntos anteriores, porque quizás de esa forma podrían transparentar quienes tomarían cargos públicos en caso de conseguir los puestos y saldrían a las campañas diciendo la verdad y no como se hace ahora que se cree que podría ser el nuevo administrador público o jefe de SERPLAC o asesor o lo que fuere, pero nada seguro. Y no saber aquello genera incomodidad y desconfianza, y es lo lamentable de la política actual.
Decir que la política es sucia, que en política no se puede llorar o que en política se permite todo, es lamentablemente una realidad incómoda. Y claramente líderes políticos han realizado sus contribuciones, pero también quienes han perjudicado muchísimo el ideario de “lo político”. Augusto Pinochet reconocido dictador en Chile se jactaba de interpelar a los partidos políticos y a los políticos de estar incapacitados para la labor de gobernar. Para no ir demasiado lejos y no entrar en polémicas, la presidenta Michelle Bachelet por su parte negó la participación de su familia en temas de corrupción y apoyó el encubrimiento de sus asesores. Sebastián Piñera es un fiel contribuidor de políticas que estén a su favor o al de su clase social. ¿Y Carlos Larraín así como Rodrigo Peñailillo aún consideran mantenerse en política como Pablo Longueira? La forma en cómo hoy se viven las campañas políticas en el país está tomando algo más de riesgo para estas y las demás figuras públicas. Ahora como visten no es más importante que los discursos (aunque sigue importante en marketing político), los discursos son trascendentales al momento de hacer campaña al igual que hablar de sus pasados civiles o políticos. Y sumemos los recursos audiovisuales con los que hoy se cuentan. Claro que si la población mayor de 45 es el objetivo del o la candidata no optará por una campaña digital avanzada, pero si que es importante si desean el voto de los entre 18 y 45 años.
También es lamentable cuando se ven campañas con palomas con fotos no precisamente profesionales, o redes sociales inexistentes. Para una investigación previa a la votación y conocer a los y las candidatas ¿qué hacemos primero? Yo reviso sus antecedentes o lo que fuere que esté al alcance.
Es lamentable cuando eligen prendas de vestir que realmente no les favorece o desafortunados discursos que denotan que el partido los obligó a postularse o su equipo realmente no puede hacer mucho si la soberbia y el “me lo se todo” reina en la posición de la figura que desean potenciar.
En lo personal tengo un espíritu positivo y espero que los 23 candidatos ratificados por el SERVEL que irán por los 4 cupos disponibles en el distrito 18 hagan la diferencia, planifiquen, no se desgasten o molesten si les preguntan por temas pasados (es parte del juego y deben estar empoderados para ello); ocupen a su favor el vestuario así como también las habilidades de quienes los están apoyando, porque como comenté anteriormente, es complejo la forma en cómo se desarrollan las campañas sin financiamiento y por eso muchos caen en malas prácticas.
Espero que las lamentaciones no sean muchas más que las gratificaciones. Y de lo que sí debemos estar seguros es que Chile ya no es el mismo país desde octubre del 2019. Por lo mismo, esperemos mayor creatividad (no tanto como Gino Lorenzini saltando la cuerda), pero sí cierto desplante. Habrá que esperar a ver cómo se desarrolla en este mes de celebraciones donde no hay fondas para que los candidatos se muestren y que medios utilizarán para hacerlo; y que tanto cambie el escenario el salir del estado de excepción constitucional a fines de mes.
Carla Alegría, Politóloga.